Autenticidad
pieza a pieza

La excelencia es el faro que nos guía. Cada producto, cada diseño, busca su punto exacto. La confianza se conquista solo cuando el listón se eleva más allá de lo ordinario. Por eso, seleccionamos con rigor y exigencia cada marisco y pescado que enlatamos, y nos rodeamos de un equipo humano que comparte la misma ambición: convertir la calidad en una experiencia memorable.

NUESTRA

Historia

Mareas
y memoria

Bongarth nace en las Rías Baixas, en Galicia, donde el mar se vive y se admira. Crecimos al ritmo de sus mareas. En su costa encontramos vivencias y aventura, hicimos amigos, aprendimos el respeto por la naturaleza y disfrutamos de la familia.

Desde niños, nuestro padre nos inculcó ese amor por el mar. Disfrutamos de sus playas y rocas, de sus muelles, de su oleaje, de la pesca... Siempre agradecidos por cada uno de los momentos que nos brindan estas aguas.

Hoy, en homenaje a mi padre, a todo lo vivido, al océano que tanto nos ha dado y a las gentes que lo trabajan con dignidad y sacrificio, creamos Bongarth: la expresión culinaria y artística de todo lo que el Atlántico ha forjado en nosotros.

Ángel Bonet.

Filosofía
de trabajo

Buscamos la perfección sin atajos. Desde la captura en su instante óptimo hasta el cierre de la lata, cada proceso pasa por el juicio experto de nuestro equipo, herederos de un oficio centenario. Las piezas se limpian y se ordenan una a una, con precisión y pausa. Controles estrictos y maestría velan para que ningún detalle se pierda. Al abrir la lata, se reconoce el sabor y también la paciencia de aquellos que lo han hecho posible.

Compromiso con el mar

Quien vive del océano debe cuidarlo. Respetamos campañas, cupos y vedas; cooperamos con mariscadoras y pescadores que conservan un saber antiguo; y elegimos procesos que preservan la biodiversidad de las rías. Cada lata celebra la cultura marinera y asegura que ese legado llegue íntegro a quienes vengan después.

SARDINAS

do xeito de Rianxo

Capturadas
al alba,
una a una

En las madrugadas de la ría de Arousa, pequeñas embarcaciones de Rianxo extienden el xeito: una red ligera, sin plomos ni cadenas, diseñada para respetar la vida bajo el agua.

La maniobra es breve y silenciosa. Las sardinas entran por la boca del paño y quedan apenas abrazadas; no se amontonan ni sufren estrés. La red se iza con el mismo mimo con que se largó, y el pescado llega a bordo todavía brillante, sin golpes ni escamas perdidas.

Seleccionamos solo el tamaño pequeño — la “sardinilla” — y, ya en tierra, la certificación "Pesca de Rías", garantiza su origen y su captura responsable. Tras una salmuera corta, una limpieza y corte a mano, y un vapor suave que fija la textura, cada pieza se alinea a mano en la lata, como un abanico perfecto. Un chorro de aceite de oliva virgen extra sella la frescura y realza el sabor atlántico que solo este arte centenaria sabe preservar.

MEJILLONES

de Galicia DOP

El fruto suspendido de las bateas

En las Rías Baixas, centenares de bateas flotan como huertos marinos. De ellas cuelgan cuerdas que albergan los mejillones que se alimentan del fitoplancton más rico del Atlántico. Cada ejemplar crece a su ritmo, protegido de sedimentos y en un entorno natural.

Cuando alcanza su punto óptimo, se iza la cuerda y los moluscos llegan vivos al barco. Solo se acepta la especie autóctona Mytilus galloprovincialis y solo la calidad y calibre exigido por la Denominación de Origen Protegida Mejillón de Galicia, nuestro sello de identidad que garantiza la calidad y origen certificado.

Ya en producción, los mejillones se fríen levemente en aceite de oliva para sellar y potenciar su textura. Después, manos expertas retiran el biso o "barbas" y los clasifican pieza a pieza para colocarlos en la lata. Un escabeche suave cubre el conjunto y cada envase se esteriliza para garantizar su máxima calidad a la hora del consumo.

El resultado es puro Atlántico en miniatura: color intenso y atractivo, inconfundible aroma a mar, sabroso sabor, firmeza de su carne… Estas son algunas de las características que diferencian al Mejillón de Galicia de los demás y hacen de él un alimento único e irrepetible.

ZAMBURIÑAS

guisadas al natural

La joya menuda de la Ría de Arousa

Entre noviembre y diciembre, cuando las aguas se enfrían y la zamburiña engruesa su músculo, las embarcaciones artesanales de Cambados y Carril largan el bou de vara o el tradicional rastro.

Las zamburiñas llegan a lonja pocas horas después, donde escogemos únicamente las de mejor calibre y calidad. Ya en producción, las zamburiñas se abren al vapor y cada ejemplar se limpia con esmero.

Solo las zamburiñas de calibre perfecto avanzan al enlatado. Una vez dispuestas a mano, las cubrimos con un guiso templado de aceite de oliva, tomate, cebolla, pimiento rojo, vino, sal y especias suaves: receta gallega de fondo casero.

El cierre, loteado y esterilizado culminan el proceso bajo un estricto control de tiempos y temperaturas, para sellar aromas y garantizar seguridad.

Carrito de compra
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